Observadores de derechos humanos denuncian que las políticas de Panamá y Costa Rica están convirtiendo a estos países en un «agujero negro» para migrantes y deportados de Estados Unidos. Restricciones, falta de transparencia y deportaciones masivas generan preocupación sobre el respeto a los derechos humanos y el impacto de las políticas migratorias.
Restricciones y Falta de Transparencia:
Las autoridades de Costa Rica y Panamá confiscan pasaportes y celulares de los migrantes, niegan acceso a asistencia jurídica y los trasladan entre puestos remotos. Esta falta de transparencia suscita críticas y tensiones con funcionarios que argumentan que buscan proteger a los migrantes de traficantes.
Deportaciones Masivas:
Ambos países han recibido cientos de deportados enviados por EE.UU., mientras miles de migrantes rechazados se dirigen hacia el sur. Panamá reportó 2.200 entradas en febrero.
Perspectivas de Expertos:
«Somos un reflejo de la política migratoria actual de Estados Unidos,» señala Harold Villegas Román, experto en refugiados. «No hay visión de derechos humanos, solo control y seguridad. Todo es muy turbio y poco transparente.»
Casos de Deportados:
A principios de mes, EE.UU. envió 299 deportados a Panamá. Aunque algunos regresaron a sus países, otros buscan asilo. Carlos Ruiz Hernández, viceministro de Exteriores de Panamá, afirma que el país actúa en su interés nacional y busca enviar un mensaje de disuasión.
“Ninguno de ellos quiere quedarse en Panamá. Quieren ir a Estados Unidos”, dijo en una entrevista telefónica desde Washington. “No podemos darles ‘green cards’, pero podemos llevarlos de regreso a casa y, por un breve período de tiempo, ofrecerles apoyo médico y psicológico, así como alojamiento”.
Testimonios Desde el Darién:
Una deportada china, bajo anonimato, denuncia haber sido deportada sin información ni firma de documentos, y que no se les ofrece asistencia legal. Otros migrantes confirman la confiscación de teléfonos y la imposibilidad de contactar a sus abogados.
Acceso Limitado a la Justicia:
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, cuestiona la idea de que los migrantes tengan abogados en el país.
Denuncias de Human Rights Watch:
Juan Pappier de Human Rights Watch advierte que «Panamá no puede transformarse en un agujero negro para migrantes deportados» y exige transparencia y acceso a asistencia legal.
Preocupaciones en Costa Rica:
La Defensoría de los Habitantes de Costa Rica denuncia «fallas» en garantizar condiciones adecuadas para los deportados, incluyendo la confiscación de documentos y la falta de información.
Aislamiento y Confusión:
Kimberlyn Pereira, una migrante venezolana, relata su experiencia de ser trasladada entre fronteras y la falta de información sobre su destino. «Nos sentimos más protegidos, pero nos preocupa este ‘ven aquí, okay pa allá, métete aquí’.»
Incidentes con la Prensa:
Durante un traslado de migrantes, autoridades panameñas impidieron temporalmente que periodistas siguieran a los autobuses, generando preocupación sobre la libertad de prensa.
Viaje Peligroso Hacia el Sur:
Migrantes pagan hasta $200 cada uno por botes que los llevan cerca de la frontera entre Colombia y Panamá para continuar su viaje. «No entiendo por qué ahuyentan a los periodistas, y si están ayudando, por qué estamos tan aislados,» lamenta Pereira.
Conclusión y Perspectivas:
Las políticas migratorias de Panamá y Costa Rica, influenciadas por las de EE.UU., están generando graves preocupaciones sobre los derechos humanos de migrantes y deportados. La falta de transparencia, la limitación del acceso a la justicia y las condiciones en los centros de detención plantean interrogantes sobre el respeto a los derechos fundamentales en la región.
¿Qué medidas crees que deberían tomar Panamá y Costa Rica para garantizar el respeto a los derechos humanos de los migrantes? Comparte tu opinión y difunde este artículo para crear conciencia sobre esta crisis migratoria.
Fuente: https://apnews.com/article/panama-costa-rica-migrantes-trump-eeuu-474f67834b640d5f207de30549448605