El presidente Donald Trump ha informado a su círculo cercano que Elon Musk dejará su papel como socio central del gobierno en las próximas semanas. La decisión, según un artículo publicado por Politico, marca el fin de su participación como principal promotor del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y su presencia constante en la Casa Blanca.
Una salida en medio de tensiones políticas y económicas
La salida de Musk ocurre en un contexto de desgaste político y presiones económicas que han afectado tanto su influencia en el gobierno como el desempeño de sus empresas. Según Politico, la decisión fue tomada en conjunto con Trump, quien, aunque ha respaldado públicamente su gestión, considera que el empresario debe enfocarse en sus negocios.
El anuncio sobre su retiro se dio en una jornada negativa para Tesla. Las acciones de la compañía cayeron un 4,6 % minutos después de la apertura de la bolsa el 2 de abril, tras informarse que la empresa vendió 336,681 vehículos en el primer trimestre del año, lo que representa un descenso del 13 % en comparación con el mismo período de 2024. Además, la producción de Tesla cayó un 16,1 % interanual.
Analistas citados por Politico atribuyen parte del declive bursátil a la reacción negativa de los consumidores ante la participación política de Musk. No obstante, tras conocerse la noticia de su salida, las acciones de la compañía se recuperaron un 3 %.
Frustración en el entorno presidencial
La permanencia de Musk en la Casa Blanca ha generado divisiones dentro del gobierno. Funcionarios de la administración y miembros del Partido Republicano han expresado su inconformidad con su estilo de trabajo, al que califican de impredecible y alejado de las estructuras formales del Ejecutivo.
Uno de los factores que agravó su desgaste fue el revés electoral en Wisconsin, donde un juez conservador respaldado por Musk perdió por 10 puntos en una elección clave para la Corte Suprema del estado. La derrota, tras una inversión cercana a 20 millones de dólares por parte del empresario, fue interpretada por varios asesores de Trump como una señal del impacto negativo de su figura en la política.
Hace un mes, altos funcionarios de la Casa Blanca aseguraban que Musk permanecería en su puesto más allá del límite de 130 días estipulado para su rol como «empleado especial del gobierno», categoría que le permitió asumir funciones ejecutivas sin estar sujeto a ciertas normas de ética y conflicto de interés. Sin embargo, su salida coincidirá con el vencimiento de ese período excepcional, previsto para finales de mayo o inicios de junio.
Un adiós parcial y un legado de controversia
Aunque dejará su cargo formalmente, Musk mantendrá un rol como consejero informal y seguirá visitando la Casa Blanca ocasionalmente. Un funcionario de alto rango citado por Politico indicó que su influencia no desaparecerá por completo y que Trump sigue valorando su apoyo.
Sin embargo, varios miembros del gabinete han tenido fricciones con Musk debido a su enfoque agresivo de recortes presupuestarios. Su forma de operar ha sido descrita como la de un “elefante en una cristalería”, sobre todo tras la eliminación accidental de partidas destinadas a la prevención del ébola.
El 24 de marzo, en una reunión de gabinete, Trump abordó la inminente salida de Musk, reconociendo que el empresario había enfrentado amenazas y ataques por su participación en el gobierno. Durante el encuentro, el presidente lo calificó como un “patriota” y un “amigo”.
Declaraciones públicas sobre su salida
Tanto Musk como Trump han insinuado públicamente la transición. En una entrevista con Fox News, Musk afirmó que para cuando finalice su período especial como empleado del gobierno, se habrá cumplido el objetivo principal de su trabajo: reducir el déficit en un billón de dólares.
Por su parte, Trump declaró que en algún momento Musk querrá regresar a sus empresas y añadió que, si dependiera de él, lo mantendría en el gobierno por más tiempo.
El portavoz de la Casa Blanca, Harrison Fields, aseguró que Musk ha sido fundamental en la agenda del presidente y que continuará con su labor hasta que Trump lo disponga. Sin embargo, varios colaboradores del mandatario han manifestado alivio ante la perspectiva de su salida, ya que su estilo de gestión ha causado tensiones tanto dentro como fuera del gobierno.