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El Real Madrid volvió a jugar con fuego… y esta vez se quemó. El conjunto de Carlo Ancelotti mostró una vez más su cara más desconectada, reactiva y predecible, y lo pagó caro con una derrota 1-2 ante un Valencia valiente, organizado y con un portero monumental como Giorgi Mamardashvili.
La caída en el Santiago Bernabéu deja al equipo blanco al borde del KO en LaLiga, y lo deja con la moral tocada de cara a su compromiso de Champions League.
Un Madrid frío, errático y sin chispa
Durante la primera mitad, el Real Madrid se mostró como un equipo sin ideas ni ritmo. Su inicio fue, como en tantas otras ocasiones esta temporada, gélido. Y esta vez no hubo remontada milagrosa.
El penalti errado por Vinicius, entre silbidos de parte del público que reclamaba que Mbappé debía ser el encargado, marcó el tono de un equipo desubicado. Poco después, Diakhaby, de cabeza, adelantó al Valencia tras un error defensivo en un córner.
El debut del joven portero Fran González, de 19 años, tampoco fue suficiente para cambiar la dinámica. Aunque mostró reflejos en sus primeras intervenciones, no pudo evitar el primer tanto ni el desconcierto general del equipo.
Vinicius empató, pero no alcanzó
En la segunda mitad, el Madrid salió con más intensidad y logró empatar gracias a un gol de Vinicius en el segundo palo tras un peinado de Bellingham en un córner.
Ancelotti echó mano del banquillo con Rodrygo, Endrick y Arda Güler, mientras el Valencia se replegaba y resistía con organización y con un Mamardashvili absolutamente decisivo, quien evitó el segundo gol blanco con una espectacular parada a Valverde.
Hugo Duro y la sentencia en el descuento
Cuando el Madrid más lo intentaba y parecía que podía quedarse con al menos un punto, llegó el mazazo: en el descuento, Hugo Duro —excanterano blanco— remató la faena tras un gran centro de Rafa Mir, firmando el 1-2 definitivo.
El Valencia se llevó tres puntos de oro para su lucha por competencias europeas, mientras el Madrid ve cómo se esfuman sus opciones en una Liga donde ya no alcanza con sobrevivir a base de milagros.
¿Crisis o punto de inflexión?
El desgaste físico es evidente: Valverde ya no vuela, Bellingham no está en su mejor forma, y Vinicius muestra intermitencias preocupantes. Con 51 partidos disputados y la Champions a la vuelta de la esquina, el equipo blanco necesita una reacción inmediata.
En Londres lo espera el segundo de la Premier. Y allí no bastará con el escudo ni con la historia. Hará falta fútbol, actitud y cabeza fría.
