Miles de indígenas brasileños iniciaron este lunes 7 de abril el Campamento Tierra Libre en Brasilia, una movilización anual organizada por la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (Apib) para defender sus derechos ancestrales sobre la tierra y exigir mayor compromiso con la protección del medioambiente, especialmente de la Amazonía.
La protesta, que se extenderá hasta el viernes, reúne a representantes de unos 200 pueblos originarios que mantendrán una “asamblea permanente” y encuentros con autoridades de los tres poderes del Estado.
Marco Temporal: eje del reclamo indígena
Uno de los principales puntos de protesta es la ley del Marco Temporal, aprobada en 2023 por la oposición de ultraderecha y que restringe el reconocimiento de tierras indígenas únicamente a aquellas ocupadas al 5 de octubre de 1988, fecha de promulgación de la actual Constitución.
Esta tesis fue declarada inconstitucional por la Corte Suprema, pero sigue generando controversia política y social. Para las comunidades indígenas, esta legislación ignora el derecho ancestral a tierras de las que fueron desplazadas violentamente desde la colonización hasta el presente.
Aunque el Supremo Tribunal ha intentado abrir una mesa de conciliación, los consensos necesarios no han sido alcanzados hasta ahora.
Reclaman demarcación de nuevos territorios
Además del rechazo al Marco Temporal, los pueblos indígenas también exigen al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva mayor celeridad en la homologación de territorios en proceso de reconocimiento. Según Apib, hay más de 100 expedientes pendientes, que se sumarían a los aproximadamente 600 territorios ya reconocidos, que abarcan cerca del 14 % del territorio brasileño.
Durante una visita reciente al histórico cacique Raoni, Lula defendió los derechos indígenas:
“Aquellos que reclaman que los indígenas tienen mucha tierra, no deben olvidar que un día tenían el 100 % del territorio”.
Sin embargo, también recibió críticas del propio líder indígena por proyectos petroleros en zonas sensibles de la Amazonía, lo que refleja tensiones entre desarrollo económico y protección ambiental.
“Presidente, pare de destruir y destruir”, le pidió Raoni a Lula, en defensa de la Amazonía y el equilibrio climático.