La noche del miércoles 12 de junio, miles de personas salieron a las calles de Buenos Aires y el conurbano bonaerense en una demostración masiva de rechazo a la Ley Bases, un proyecto legislativo impulsado por el presidente Javier Milei. Los manifestantes, portando cacerolas y haciendo ruido, expresaron su descontento con la iniciativa de desregulación económica que actualmente se discute en el Senado argentino.
Desde tempranas horas, diversas agrupaciones sociales y políticas comenzaron a movilizarse hacia puntos estratégicos de la ciudad, convergiendo finalmente en el Congreso de la Nación. La protesta alcanzó su punto más álgido cuando los manifestantes comenzaron a golpear sus cacerolas en señal de descontento, un método de protesta ya conocido en Argentina.
La Ley Bases, presentada como una medida clave para revitalizar la economía del país, ha sido criticada por amplios sectores de la sociedad que temen un incremento de las desigualdades y la afectación de las clases más vulnerables. Los enfrentamientos entre las fuerzas federales de seguridad y algunos manifestantes, que lanzaron piedras y bombas molotov, marcaron un momento tenso durante la protesta. El gobierno de Milei ha calificado estos actos como un intento de golpe de Estado.
El rechazo a la Ley Bases no solo se expresó en las calles, sino también en redes sociales, donde el hashtag #NoALaLeyBases se volvió tendencia. Los manifestantes exigen que se retire el proyecto y se propongan soluciones más inclusivas y equitativas para los problemas económicos del país.
Mientras el debate legislativo continúa, las protestas en Argentina parecen no cesar, reflejando el profundo descontento y la polarización en torno a las políticas de la administración Milei.