Los presidentes de Panamá y Colombia, José Raúl Mulino y Gustavo Petro respectivamente, han dado un paso significativo en la lucha contra la migración ilegal a través del Darién. En una reunión bilateral celebrada al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, ambos mandatarios acordaron avanzar hacia una estrategia conjunta para abordar este apremiante desafío regional.
El encuentro, calificado como positivo, sentó las bases para una colaboración más estrecha entre ambos países. Uno de los puntos clave fue el acuerdo para buscar una reunión trilateral que incluya a Estados Unidos, reconociendo que este país es el destino final de la mayoría de los migrantes.
Mulino enfatizó los graves impactos que esta crisis está teniendo en Panamá, no solo en términos económicos y ambientales, sino también en el aspecto humanitario. Destacó la tragedia de niños que pierden a sus padres durante el peligroso trayecto por la selva del Darién.
Por su parte, el presidente Petro propuso una estrategia concreta: definir tres rutas específicas para canalizar el flujo migratorio, con el objetivo de desincentivar el tránsito por áreas incontrolables y potencialmente más peligrosas.
La reunión contó con la participación de altos funcionarios de ambos gobiernos, incluyendo los cancilleres y ministros clave, lo que subraya la seriedad con la que ambos países están abordando esta crisis.
Este acuerdo marca un hito importante en los esfuerzos regionales para manejar la crisis migratoria, y podría sentar las bases para una cooperación más amplia en el futuro.