Fentanilo: El Peligroso Opioide que Alarma al Mundo y su Uso Hospitalario Controlado
En los últimos tiempos, el fentanilo ha acaparado titulares a nivel mundial, tanto por su uso indebido como por incidentes relacionados con su fabricación y control. Recientemente, en La Plata, Argentina, la muerte de nueve personas hospitalizadas por neumonía ha desatado una investigación sobre la posible contaminación de un lote de este fármaco. Paralelamente, la epidemia de opioides en Estados Unidos, impulsada en gran medida por el fentanilo, continúa siendo una grave preocupación.
¿Qué es el Fentanilo?
El fentanilo es un opioide sintético extremadamente potente, hasta 100 veces más fuerte que la morfina. En el ámbito médico, se utiliza para tratar el dolor intenso, especialmente después de cirugías o en pacientes con enfermedades crónicas. Actúa bloqueando las señales de dolor que viajan al cerebro. También puede emplearse como sedante antes de procedimientos quirúrgicos.
El doctor Carlos Damin, jefe de toxicología del Hospital Fernández, destaca que el fentanilo es un fármaco esencial en hospitales y sanatorios desde hace más de 40 años. Se utiliza como analgésico y anestésico en cirugías, terapias intensivas para facilitar la intubación y la respiración artificial.
Usos Médicos y Precauciones
El fentanilo se administra en dosis controladas, ajustadas según las necesidades del paciente y bajo estricta supervisión médica. Se utiliza para la sedación en terapias intensivas, quirófanos y unidades de neonatología. La administración se realiza mediante goteo intravenoso para mantener al paciente sedado mientras está conectado a un respirador.
Debido a su alta potencia y riesgo de adicción, el uso del fentanilo requiere un monitoreo constante y una cadena de custodia rigurosa. Los hospitales suelen implementar protocolos de doble firma para evitar la sustracción de ampollas que puedan desviarse al mercado ilegal o ser consumidas por personal de salud.
El Peligro del Uso No Médico
Fuera del ámbito hospitalario, el fentanilo representa un grave peligro. Francisco Dadic, presidente de la Fundación Argentina de Toxicología, advierte sobre la creciente epidemia de fentanilo en Estados Unidos, donde se ha convertido en una droga más potente, barata y fácil de producir que la heroína.
En Argentina, el consumo ilegal de fentanilo suele estar asociado a la sustracción de ampollas de hospitales o al acceso a la medicación por personas no autorizadas. El fentanilo ilegal a menudo se mezcla con otras drogas, como cocaína, heroína o metanfetamina, lo que aumenta el riesgo de sobredosis y muerte, ya que los consumidores desconocen la presencia y la potencia del opioide.
Efectos en el Cuerpo y Riesgos Letales
El fentanilo se une a los receptores opioides en el cerebro, produciendo efectos como euforia, somnolencia, confusión, náuseas y estreñimiento. Sin embargo, su principal peligro radica en su capacidad para deprimir el sistema nervioso central, lo que puede provocar depresión respiratoria, pérdida de conciencia, coma y muerte.
El psiquiatra Enrique De Rosa Alabaster explica que el fentanilo disminuye la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que conduce a la hipoxia y al deterioro del estado de conciencia. Estos efectos se intensifican cuando se combina con alcohol u otras drogas.
Contaminación y Brotes Infecciosos
El reciente brote de neumonía en La Plata, vinculado a un lote contaminado de fentanilo del laboratorio HLB Pharma, pone de manifiesto los riesgos asociados a la fabricación y el control de calidad de este fármaco. El lote contenía bacterias resistentes a múltiples antibióticos, lo que agravó la situación de los pacientes infectados.
Los expertos enfatizan la importancia de extremar las medidas de seguridad y trazabilidad en la producción de medicamentos como el fentanilo. La contaminación bacteriana puede tener consecuencias devastadoras, especialmente cuando se administra por vía intravenosa en pacientes vulnerables.
En resumen, el fentanilo es un fármaco poderoso y valioso en el ámbito médico, pero su uso indebido y la falta de controles adecuados representan una seria amenaza para la salud pública a nivel global.