La reciente decisión de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) de aumentar las tarifas de internet ha desatado una ola de malestar y críticas en la isla. Los nuevos precios, que limitan drásticamente el acceso a datos móviles, han generado indignación entre los cubanos, quienes ven en internet una herramienta esencial para sobrellevar la crisis económica y los constantes apagones.
Etecsa, la empresa estatal de telecomunicaciones, ha limitado las recargas mensuales en pesos cubanos (CUP) a 360, lo que equivale a unos US$15, proporcionando acceso a 6 GB de datos. Para obtener más datos, los usuarios deben pagar 3.360 CUP (US$140) por 3 GB adicionales, una suma que supera el salario promedio de los pensionados y representa más de la mitad del salario promedio de los trabajadores estatales. Esta situación ha provocado que muchos cubanos se vean imposibilitados de mantener su consumo habitual de internet, estimado en 10 GB mensuales.
El impacto de estas medidas es especialmente grave para aquellos que dependen de internet para trabajar, estudiar y comunicarse con sus familiares en el extranjero. Muchos cubanos utilizan plataformas en línea y redes sociales como YouTube e Instagram para generar ingresos, y la limitación del acceso a internet dificulta su sustento. Asimismo, estudiantes y profesionales dependen de la conectividad para acceder a información y recursos necesarios para su desarrollo académico y laboral.
La reacción a este aumento de tarifas ha sido significativa, incluso en un contexto donde las protestas antigubernamentales están prohibidas. En las redes sociales y en los comentarios de los medios estatales, numerosos ciudadanos han expresado su descontento, argumentando que estas medidas profundizan la exclusión digital y afectan a quienes no tienen acceso a divisas extranjeras. La etiqueta #NoAlTarifazo se ha vuelto viral, impulsando la indignación en línea.
Ante la magnitud de las críticas, Etecsa ha intentado justificar el aumento de precios argumentando la precaria situación financiera de la empresa, afectada por la falta de divisas y la disminución de ingresos. La presidenta de Etecsa, Tania Velázquez, ha mencionado la necesidad de mantener y desarrollar un servicio esencial en medio de las sanciones internacionales y el fraude en los servicios de recarga.
Sin embargo, estas explicaciones no han convencido a muchos cubanos, quienes critican la mala gestión y la falta de transparencia en la administración de Etecsa. Algunos analistas señalan que, al priorizar las recargas pagadas en el extranjero, la empresa estatal busca recaudar dólares a costa del acceso a internet de la población local.
A pesar de las justificaciones oficiales, la realidad es que el aumento de las tarifas de internet agudiza la crisis que enfrentan los cubanos, limitando su acceso a la información, la comunicación y las oportunidades económicas. La conectividad se ha convertido en una herramienta vital para escapar de la escasez y la vigilancia, y restringirla tiene un impacto significativo en la calidad de vida de la población.